Estimulación Magnética Transcraneal (EMT) profunda no invasiva con fines terapéuticos

Cuando pensamos en Estimulación Magnética Transcraneal Profunda No Invasiva, puede que lo primero que nos venga a la cabeza sea que hay que abrir. Es decir, podríamos pensar que la única manera de llegar a las áreas cerebrales más profundas del cerebro y poder implantar un electrodo para poder aplicar la electricidad sea por medio de una cirugía y, por lo tanto, pese a que podría suponer un gran avance en el tratamiento de determinadas enfermedades, quizás el elevado riesgo que supone abrir el cerebro podría compensar los posibles beneficios de la intervención. Sin embargo, la Estimulación Transcraneal profunda no invasiva no se hace mediante cirugía, consolidándose como una técnica segura y eficiente con bajo coste en el paciente.

Fundamentos científicos de la Estimulación Transcraneal Profunda No Invasiva

Para empezar, uno de los principios científicos que se encontrarían en la base de esta práctica terapéutica se encuentra en el hecho de que, en el cerebro, hay electricidad por medio de lo que conocemos como sinapsis cerebrales. Esta electricidad permite que haya movimiento de neuronas y distintos tipos de células cerebrales para que éstas puedan realizar sus funciones, transportando información a las distintas áreas cerebrales y favoreciendo los procesos de asociación que dan lugar a un correcto funcionamiento cerebral. Pero también hay que tener en cuenta que el cerebro está topográficamente organizado, de manera que cada área se ocupa de una función y que las distintas células están, como si dijéramos, profesionalizadas.

La organización topográfica de la estructura cerebral

El cerebro está perfectamente estructurado, dedicando un área para cada función. Concretamente, en el cortex (la corteza o parte más exterior de todo el cerebro), se encuentran las áreas funcionales: sensitivas, motoras y de asociación. Sin embargo, existen otros puntos clave en la corteza cerebral que obedecen al alto grado de especialización:

  • Seis lóbulos (frontal, parietal, temporal, occipital, ínsula y límbico).
  • Sus correspondientes áreas funcionales en cada lóbulo y sus subdivisiones.
  • Surcos principales: lateral (cisura de Silvio), central (cisura de Rolando), parietooccipital, cingular y colateral.
  • Giros principales: frontal, parietal, temporal, occipital, de la ínsula y límbico.
  • Irrigación o las ramas corticales de las arterias cerebrales: anterior, media y posterior.

En general, en el cerebro, tienen lugar (literalmente) funciones como el control del movimiento voluntario, la atención, la memoria, el aprendizaje, la motivación, la toma de decisiones, la planificación de las tareas psicomotrices o psicomotoras, la capacidad del pensamiento, la percepción de los estímulos sensitivos, el procesamiento del lenguaje, el visual, la interpretación sensorial y la modulación emocional.

La definición de enfermedad en los trastornos mentales desde el enfoque cerebral

La sinapsis cerebral es un fenómeno complejo teniendo en cuenta que en el funcionamiento del cerebro intervienen elementos cada vez más pequeños y con una función determinada. Para entenderlo, debemos hacer un recorrido conceptual desde los componentes de las neuronas en función de su tipología, la gran diversidad de neurotransmisores que existen y cómo funcionan en cada caso, el estudio de la mielina (capa que envuelve a las neuronas)… a la composición química del espacio intracelular o extracelular.

Todo debe estar a punto o en un equilibrio óptimo para funcionar correctamente. De modo que la enfermedad se configura como una alteración de determinadas áreas o como una hipofunción de éstas en términos de transmisión neuronal. Incluso, también existen biomarcadores en sangre que pueden relacionarse con estas afectaciones, arrojando información valiosa al neurólogo acerca del origen y la continuidad de la patología. También están otras células cerebrales como los astrocitos y las microglías, que destruyen los desechos y los fagocitan, favoreciendo la salud de las neuronas. De manera que las enfermedades pueden explicarse en base a la configuración de estos deterioros. Para poder observar estas alteraciones, existen tecnologías en la actualidad como la Resonancia Magnética Estructural (RME), la Tomografía por Emisión de Positrones (TEP) con un marcador radiactivo, la Tomografía Axial Computerizada (TAC), el Electroencefalograma (EEG), la Resonancia Magnética Funcional (RMf)

Antecedentes de la técnica de intervención

La estimulación cerebral profunda era considerada una técnica con muchos beneficios en personas con diversos problemas, no solo mentales sino de otra índole. Sin embargo, al ser una práctica invasiva debido a que la cirugía era necesaria para implantar los electrodos. Sin embargo, la Estimulación Transcraneal Profunda no invasiva no supone ningún riesgo y garantiza con una alta probabilidad, efectos beneficiosos en las personas que han intentado tratamientos estandarizados previamente sin éxito.

Mecanismo de acción de la Estimulación Magnética Transcraneal: ¿Cómo funciona?

La técnica se nutre de los principios de inducción electromagnética que fueron descubiertos por Faraday en el siglo XIX, aunque, quienes realmente descubrieron la forma de desarrollar un estimulador (el aparato en sí) fueron Barker y cols., en 1984. Con este prototipo lograron despolarizar neuronas del cortex cerebral y activar las vías corticoespinales para evocar los movimientos contralaterales necesarios para generar el campo magnético en el cerebro.

El aparato que permite hacer la EMT se compone de una fuente de alimentación de energía que deriva electricidad a un acumulador que almacena energía. Este dispositivo genera un flujo de energía en pulsos cortos a una bobina en la cual se produce el campo magnético pulsátil. Gracias al monitor con botones incorporados, el especialista podrá ajustar temperatura, frecuencia e intensidad de los pulsos que se desean aplicar.

Existen varios tipos de Técnica de EMT, en función del tipo de estimulación que se haga: simple, con pulsos apareados y la estimulación repetitiva.

  • EMT simple: produce un único pulso sobre una región cerebral determinada y permite únicamente despolarizar neuronas corticales, logrando el potencial evocado motor (PEM) en una sola área muscular del hemicuerpo contralateral.
  • EMT de pulsos apareados: genera dos estímulos con una intensidad de energía que puede ser idéntica o diferente, a suministrar sobre una o diferentes áreas corticales.
  • EMT repetitiva (EMTr): crea un tren de pulsos de tiempos muy cortos (del orden de milisegundos) y con la misma intensidad, sobre un área específica del cerebro capaz de estimular cambios en la excitabilidad corticoespinal. Ésta es la más completa y la que se utiliza cada vez más por sus fines terapéuticos.

¿Para qué trastornos o enfermedades está indicada la Estimulación Transcraneal Profunda?

La Estimulación Magnética Transcraneal está especialmente indicada en usuarios en los cuales los tratamientos convencionales se hayan utilizado sin éxito previamente. Es decir, que es una técnica costosa pero muy eficaz cuando «todo lo demás» no ha funcionado en situaciones como acúfenos, problemas de control de impulsos, depresión y ansiedad, personas con problemas psicóticos y muchas más patologías:

  • Tinnitus (acúfenos).
  • Alzeimer (Demencia de Tipo Alzhéimer).
  • TCA: Trastornos de la Conducta Aimentaria.
  • Parkinson (Demencias Parkinsonianas) o Temblor esencial.
  • Tratamiento del dolor nociceptivo.
  • Tratamiento de las migrañas resistentes.
  • Tratamiento de la Esquizofrenia.
  • Tratamiento del Trastorno Obsesivo Compulsivo.

Protocolo de intervención de la EMT

Líneas de investigación futura o en experimentación

¿Un psicólogo podría aplicar Estimulación Magnética Transcraneal?

Pues lo cierto es que sí, un psicólogo puede aplicar la Técnica de Estimulación Magnética Transcraneal, siempre y cuando tenga los conocimientos para ello. Un ejemplo sería el Dr. Diego Redolar Ripoll, psicólogo graduado en la UOC y con muy buena fama entre sus estudiantes. Pero claro…

Diego Redolar Ripoll es psicólogo y doctor en Neurociencias, Neuromodulación y Neuroimagen.

Diego es Doctor en Neurociencias, neuromodulación y neuroimagen, es un experto en estimulación Cerebral no Invasiva, habiéndose formado a través del posgrado de Estimulación Magnética Transcraneal en la Hardvard Medical School. Además de profesor universitario, también ejerce la dirección de la Unidad de Neuroestimulación y Neuroimagen del Instituto Brain 360.

Concluyendo, ¿un psicólogo podría ejercer en una Unidad de Neuroestimulación y Neuroimagen? sí, pero un psicólogo especializado.

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